Atrévete y no mires atrás

Y entonces sucede que decido no subirme a ese bus y prefiero caminar. Qué luz más bonita hace hoy, pienso. Valencia es luz. ¡Mirad el cielo! Qué radiante y azul.

Y entonces sucede que decido mirar alrededor y veo que alguien me está apuntando con la cámara. La casualidad ocurre de nuevo. Jose y yo nos volvemos a juntar exactamente en el mismo sitio de siempre. Le pregunto cómo le va en su nueva aventura de atreverse. Me cuenta que bien, que volvía de un taller y que se iba a casa pero que con esta luz-como-para-no-quedarse. Pum. 

Casualidad al cuadrado, al cubo.

Dos personas, mismo lugar, mismo pensamiento.

Sigue atreviéndote, Jose.
Gracias a ti me atreví yo.



Entre luz y azul hay una letra de diferencia.