Leo
muchísimas cartas de motivación al día. Muchas. Me he dado cuenta de que a
todas les falta un elemento esencial: sí lo estáis intuyendo, motivación.
Vivimos en una sociedad con un problema muy grave, la falta de pasión. Todas
las cartas que me encuentro me parecen exactamente iguales. Un copia y pega. Y
eso que los emisores proceden de países remotos y muy distintos entre sí. De
todas ellas, destacaría la de un estudiante checo que se sinceraba diciendo que
venía a estudiar a Valencia por la fiesta y por la paella. Qué poco
profesional, pensaréis. Está claro que no está applying for trabajar en un
despacho de abogados. Aún así, logró conquistar mi valenciano corazón con su
amor por uno de nuestros platos más conocidos mundialmente. Abogo por la diferencia,
por el ser diferente. Como diría Coco, es la única forma de ser irremplazable.
Esa oda a la paella y a las buenas juergas que Valencia brinda es desde luego, una carta
de motivación irremplazable. Y sí, fue seleccionado.